No hay dudas que ¡Dios provee!
Cuando tomamos la decisión de producir «Yo te seguiré» literalmente no teníamos un centavo ahorrado para ello, de hecho ya estábamos en medio de un sin fin de diligencias, legalizaciones de documentos, etc, para poder emigrar. Habíamos pagado giros durante 4 años por lo que sería nuestro futuro hogar y nos estafaron junto a 800 familias más, eso sumado a la terrible situación social y de inseguridad que ya reinaba en Venezuela nos impulsó a movernos en fe.
Lo primero que hicimos fue orar para que Dios nos cruzara al productor correcto en el camino y vaya que lo hizo. Por medio de un amigo en común, tuvimos referencias de esta persona a la cual contactamos telefónicamente. Vivía en Maracaibo, una ciudad a 12 horas de la nuestra. Recordamos que casi al mismo tiempo que lo saludábamos por primera vez le dijimos que necesitábamos grabar una producción completa pero que no teníamos dinero ahorrado para ello. Casi antes de que colgara le dijimos que lo único que podíamos darle como forma de pago era el piano que usaba Carlos para tocar en vivo. Sorpresa nuestra que este productor (quien por cierto es músico y tecladista) nos confesó que llevaba meses orando para que Dios le permitiera comprar un piano de esos, nos dijo literalmente: «Ustedes son respuesta de Dios a mi oración, manos a la obra». ¡Vaya confirmación!
Tuvimos que enviarle por encomienda el instrumento sin siquiera conocerlo en persona, pero estábamos seguros que era el momento de arriesgar, en Panamá (País al cual emigrábamos) no conocíamos a nadie, nos quedaba claro que debíamos lograr esa producción antes de dejar nuestro país. Y así fue, en tres meses ya estábamos finiquitando el proyecto y todo se manejó a un nivel muy profesional. Hoy día, dicho productor es un hermano para nosotros.
Este video fue grabado en vivo el 9 de Noviembre de 2014 en el salón parroquial de nuestra Señora de la Asunción nuestra parroquia en Venezuela a solo 9 días de dejar el país. Lo que ha ocurrido en nuestras vidas a nivel musical, donde Dios nos ha llevado y todas las puertas que se nos han abierto ministerialmente a nivel internacional son fruto de este proyecto. ¡Bendita providencia divina!
«Hay momentos claves en los que toca arriesgar en fe. En la mayoría de los casos, el mayor obstáculo para alcanzar nuestros sueños es el temor a salir de nuestras zonas de confort.»
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